CERÁMICA
VICÚS.-
Con conocimiento de causa un
estudioso peruano tiene expuesto que “la cerámica Vicús tiene el acabado de
excelente presencia; su color es marrón, naranja y rojo en diversos matices.
Los diseños son geométricos, la decoración es con la técnica negativa y blanco
sobre rojo. También hay cerámica monocroma.
Se ha establecido con claridad
meridiana que “la cerámica vicús tuvo dos influencias muy marcadas,
inicialmente la tradición cultural Chorrera (Ecuador) de procedencia norandina,
y en una segunda etapa la tradición cultural Mochica, con influencia e
ideología chavinoide. La presencia de dos tradiciones culturales distintas en
este sitio arqueológico nos hace creer que Vicús es otro producto interesante
surgido en
esta área contradicional. Tal vez apareció como un nuevo puerto de intercambio
entre las áreas norte y centro andinas y poco a poco llegó a transformarse en
un importante núcleo productivo artesanal y agrícola” (1).
Son frecuentes las
esculturas antropomorfas, zoomorfas y fitomorfas. Los animales representados
son: muca, gato montés, patos, venados, pez-serpiente y lagarto. Hay botellas
de forma cilíndrica, ollas y vasijas de dos cuerpos y asa canasta; botellas con
pico tubular, unidos por asa puente y con un tubo conductor a una efigie u otra
botella; botellas con estribo; botellas silbadores; vasijas representando
viviendas, etcétera. El arte erótico tiene un lugar muy destacado, hay ceramios
representando sexo y amor” (2).
Hay tres tipos. Es incuestionable
que el desarrollo y la importancia de la cerámica Vicús, son tan grandes que
los investigadores registran en su trayectoria histórica varias fases para
entender mejor su actuación prehispánica. La cultura Vicús, que tiene gran
expresión a través de su cerámica, ha merecido serias investigaciones que nos
sirven en la revaloración de su pasado histórico.
Dentro de las fases
más categóricas están: “Vicús. Vicús, Vicús – blanco. Vicús Anaranjado. Vicús –
Moche. Vicús - Salinar. Vicús – Cupisnicoide. Vicús – Virú, que tiene serias
interpretaciones. Son siete fases bien definidas que dan prestancia a esta
organización piurana prehispánica de significativa importancia en la Historia
de Piura.
Cabe dejar expresa
constancia que la cultura Vicús fue netamente ceramista. Lo fue desde su inicio
para obtener una utilería al servicio de sus habitantes. En el segundo período
Vicús se destacan los ceramios porque
además de utilitarios se convierten en expresiones de carácter artístico. Por
ello se dice que el sentimiento, la forma de pensar y le modo de ser del
poblador Vicús podrá ser observado objetivamente en un ceramio” (3), que de
verdad son muy finos.
Veamos que “la
ruptura de los complejos de cerámica y las diferencias en los patrones de poblamiento
implican el dominio y la incorporación de un nivel estatal de complejidad, con
influencia inicial de Lambayeque y posterior mente del reino Chimú con su
capital Chan Chan” (4).
Tengamos en
consideración que “la cerámica Vicús, por consiguiente, no es simplemente un
relicto aunque algunas de las técnicas existentes pueden emplearse en la
actualidad. Tampoco es expresión exuberante, fruto de una cierta
despreocupación ingenua de un pueblo de poca complejidad social o “intelectual”
(hemos podido encontrar arquitectura monumental, indicios de tecnología
metalúrgica, etcétera).
Es una expresión técnica y formal dentro de
largas tradiciones en una amplia área en
la cual el estilo Vicús no es ajeno, intrusivo, “anormal” o marginal sino
integrado en una amplia y compleja red de naturalezas cambiantes cuyos detalles
(y algunos aspectos más básicos) aún se nos escapan, debido a una cierta apatía
de la que parece padecer la arqueología del Perú a menudo, la de contemplar la
destrucción sin la intervención oportuna. Vicús fue y sigue siendo un ejemplo
destacado de esta actitud” (5).
Es relevante la
apreciación que se hace sobre “la cerámica Vicús/Vicús. Se caracteriza, en
términos generales: a) por su aspecto macizo, en otros casos rústico; b) por su
tendencia escultórica realista, a través de la cual expresa trozos de su mundo
tanto profano como espiritual; c) por su decoración de pintura “blanca sobre
rojo”; d) por sus formas de recipientes de doble cuerpo, y de cántaros con un
tipo de asa que permite portar la vasija con un dedo, etc.
Hay que relevar,
además, que la “pintura negativa” es decoración muy frecuente de la cerámica
Vicús/Vicús. La pintura negativa consiste básicamente, en pintar las áreas que
rodean y separan motivos decorativos; se consigue así que resalten precisamente
aquellos motivos decorativos, por el hecho de no haber sido afectados por la
pintura. Hay variedades en esta técnica” (6).
Para mejor
ilustración, conveniente es agregar que “las sorpresas iniciales en cuanto a la
calidad de la cerámica y de los objetos de oro encontrados que salpicaron los
primeros estudios arqueológicos sobre la región, han dado paso al
reconocimiento de la alta tecnología que alcanzaron los antiguos norteños de la
mano con el avance y la consolidación de las investigaciones realizadas. La
etapa formativa y en general la cultura VICÚS, han concentrado la atención de
los trabajos” (7).
Los estudios
realizados sobre la cultura Vicús determinan que hubo dos clases de cerámica.
La primera “de poca calidad artística, que se caracteriza por ser tosca, es
decir, no tiene un acabado y una técnica desarrollada. La cerámica tiene escaso
brillo. La representación o decoración son animales y vegetales, sobre la
figura humana; en el que destacan las narices y las orejas demasiado grandes”.
Viene la segunda, que
es “de gran finura y belleza. Se caracteriza por ser escultórica. La cerámica
es globular y la representación es tan igual que el estilo anterior. La
diferencia está en que la cerámica tiene un buen acabado y con brillo. Los
colores que emplearon fueron el blanco, rojo y la decoración negativa”
(8).
Necesario es destacar
que “por los años de 1980, las piezas de cerámica Vicús eran pagadas en
Holanda, en Estados Unidos y otros lugares del extranjero, a precios elevadísimos,
lo cual aceleró la depredación. Cientos de piezas que se encontraban en manos
de particulares, emigraron y se perdieron para siempre, yendo a enriquecer
colecciones privadas de millonarios aficionados del exterior” (9).
Acorde con las
exposiciones que realiza el Museo Vicús de la Municipalidad Provincial de
Piura, al tratarse el tema de su cerámica se notan tres tipos. Vicús
negativo: que comprende círculos simples, volutas y triángulos que aparecen
en recipientes con figuras de animales. En la cerámica Vicús negativa podemos
apreciar guerreros, músicos y escenas eróticas con figuras desnudas de ambos
sexos.
Sigue el Vicús
blanco sobre rojo: es similar al Vicús negativo, ya que presenta
recipientes escultóricos antropomorfos, fitomorfos y zoomorfos. Su decoración
combina el blanco, con aplicaciones,
incisiones y líneas
Ahora tenemos el
estilo Vicús englobado en monocromías: que presenta una apariencia
tosca, con manchas oscuras debido a defectos de cocción. Sustentando este tipo
de cerámica, hay muestras en el citado Museo de recipientes con base
acampanada, trípodes o pedestales.
Desde el punto de
vista estilístico, a la vista de los ceramios que exhibe el Museo Vicús, se han
podido identificar tres fases: Vicús temprano, Vicús medio,
dividido en 2 segmentos: A y B; y, Vicús tardío, que también está
dividido en los segmentos A y B (10).
Finalmente, en
materia de cerámica, se ha establecido que “VICÚS viene a ser cuanto a las
formas que encontramos en el norte como en el sur del Perú, la iniciación de
formas que son básicas en ambas
regiones, lo que me convence de algo trascendental, o sea, la imposibilidad de
que en el Perú las culturas se han explayado del norte hacia el Sur. Nos sale
al encuentro, como explicación de lo dicho, el hallar en las culturas de la
época evolutiva de VICÚS, no solo las formas que, posteriormente, se convierten
en las típicas de la cerámica del norte, como en ella aparecen las formas
comunes de la cerám1ica del Sur en sus primeras etapas, como Paracas y, en la
época de auge, en la cultura Nazca” (11).
NOTAS.-
(1)Víctor
Velezmoro Montes; Historia de Piura-UDEP, Orígenes y primeros tiempos, Pág.25.
(2)Justo
Cáceres Macedo; Obra citada, Págs. 49/50.
(3)Boletín
Cultural Vicús, ya citado, Pág. 3.
(4)Jorge
E. Moscol Urbina; Obra citada, Pág. 13.
(5)Cristóbal
Campana; VICÚS y la Alfarería Norandina, Págs. 11/12.
(6)Editorial
Juan Mejía Baca; Historia del Perú Antiguo, Tomo I, Pág. Pág. 318.
(7)Bruno
Revesz y otros; Piura: Región y Sociedad, Pág. 170.
(8)Abner
Tenazoa Orbe, Obra citada, Pág. 35.
(9)Reynaldo
Moya Espinosa; Obra citada, Pág. 78.
(10)Municipalidad
de Piura: Museo Vicús; Sección Informativos.
(11)Carlos
Guzmán; obra citada, Pág. 14.
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