viernes, 25 de octubre de 2013

CULTURA VICÚS - V

CERÁMICA VICÚS.-
            Con conocimiento de causa un estudioso peruano tiene expuesto que “la cerámica Vicús tiene el acabado de excelente presencia; su color es marrón, naranja y rojo en diversos matices. Los diseños son geométricos, la decoración es con la técnica negativa y blanco sobre rojo. También hay cerámica monocroma.
            Se ha establecido con claridad meridiana que “la cerámica vicús tuvo dos influencias muy marcadas, inicialmente la tradición cultural Chorrera (Ecuador) de procedencia norandina, y en una segunda etapa la tradición cultural Mochica, con influencia e ideología chavinoide. La presencia de dos tradiciones culturales distintas en este sitio arqueológico nos hace creer que Vicús es otro producto interesante surgido en 
esta área contradicional. Tal vez apareció como un nuevo puerto de intercambio entre las áreas norte y centro andinas y poco a poco llegó a transformarse en un importante núcleo productivo artesanal y agrícola” (1).

Son frecuentes las esculturas antropomorfas, zoomorfas y fitomorfas. Los animales representados son: muca, gato montés, patos, venados, pez-serpiente y lagarto. Hay botellas de forma cilíndrica, ollas y vasijas de dos cuerpos y asa canasta; botellas con pico tubular, unidos por asa puente y con un tubo conductor a una efigie u otra botella; botellas con estribo; botellas silbadores; vasijas representando viviendas, etcétera. El arte erótico tiene un lugar muy destacado, hay ceramios representando sexo y amor” (2).  
            Hay tres tipos. Es incuestionable que el desarrollo y la importancia de la cerámica Vicús, son tan grandes que los investigadores registran en su trayectoria histórica varias fases para entender mejor su actuación prehispánica. La cultura Vicús, que tiene gran expresión a través de su cerámica, ha merecido serias investigaciones que nos sirven en la revaloración de su pasado histórico.
Dentro de las fases más categóricas están: “Vicús. Vicús, Vicús – blanco. Vicús Anaranjado. Vicús – Moche. Vicús - Salinar. Vicús – Cupisnicoide. Vicús – Virú, que tiene serias interpretaciones. Son siete fases bien definidas que dan prestancia a esta organización piurana prehispánica de significativa importancia en la Historia de Piura.
Cabe dejar expresa constancia que la cultura Vicús fue netamente ceramista. Lo fue desde su inicio para obtener una utilería al servicio de sus habitantes. En el segundo período Vicús  se destacan los ceramios porque además de utilitarios se convierten en expresiones de carácter artístico. Por ello se dice que el sentimiento, la forma de pensar y le modo de ser del poblador Vicús podrá ser observado objetivamente en un ceramio” (3), que de verdad son muy finos.
Veamos que “la ruptura de los complejos de cerámica y las diferencias en los patrones de poblamiento implican el dominio y la incorporación de un nivel estatal de complejidad, con influencia inicial de Lambayeque y posterior mente del reino Chimú con su capital Chan Chan” (4).
Tengamos en consideración que “la cerámica Vicús, por consiguiente, no es simplemente un relicto aunque algunas de las técnicas existentes pueden emplearse en la actualidad. Tampoco es expresión exuberante, fruto de una cierta despreocupación ingenua de un pueblo de poca complejidad social o “intelectual” (hemos podido encontrar arquitectura monumental, indicios de tecnología metalúrgica, etcétera).
 Es una expresión técnica y formal dentro de largas tradiciones en  una amplia área en la cual el estilo Vicús no es ajeno, intrusivo, “anormal” o marginal sino integrado en una amplia y compleja red de naturalezas cambiantes cuyos detalles (y algunos aspectos más básicos) aún se nos escapan, debido a una cierta apatía de la que parece padecer la arqueología del Perú a menudo, la de contemplar la destrucción sin la intervención oportuna. Vicús fue y sigue siendo un ejemplo destacado de esta actitud” (5).
Es relevante la apreciación que se hace sobre “la cerámica Vicús/Vicús. Se caracteriza, en términos generales: a) por su aspecto macizo, en otros casos rústico; b) por su tendencia escultórica realista, a través de la cual expresa trozos de su mundo tanto profano como espiritual; c) por su decoración de pintura “blanca sobre rojo”; d) por sus formas de recipientes de doble cuerpo, y de cántaros con un tipo de asa que permite portar la vasija con un dedo, etc.
Hay que relevar, además, que la “pintura negativa” es decoración muy frecuente de la cerámica Vicús/Vicús. La pintura negativa consiste básicamente, en pintar las áreas que rodean y separan motivos decorativos; se consigue así que resalten precisamente aquellos motivos decorativos, por el hecho de no haber sido afectados por la pintura. Hay variedades en esta técnica” (6). 
Para mejor ilustración, conveniente es agregar que “las sorpresas iniciales en cuanto a la calidad de la cerámica y de los objetos de oro encontrados que salpicaron los primeros estudios arqueológicos sobre la región, han dado paso al reconocimiento de la alta tecnología que alcanzaron los antiguos norteños de la mano con el avance y la consolidación de las investigaciones realizadas. La etapa formativa y en general la cultura VICÚS, han concentrado la atención de los trabajos” (7).
Los estudios realizados sobre la cultura Vicús determinan que hubo dos clases de cerámica. La primera “de poca calidad artística, que se caracteriza por ser tosca, es decir, no tiene un acabado y una técnica desarrollada. La cerámica tiene escaso brillo. La representación o decoración son animales y vegetales, sobre la figura humana; en el que destacan las narices y las orejas demasiado grandes”.
Viene la segunda, que es “de gran finura y belleza. Se caracteriza por ser escultórica. La cerámica es globular y la representación es tan igual que el estilo anterior. La diferencia está en que la cerámica tiene un buen acabado y con brillo. Los colores que emplearon fueron el blanco, rojo y la decoración negativa” (8). 
Necesario es destacar que “por los años de 1980, las piezas de cerámica Vicús eran pagadas en Holanda, en Estados Unidos y otros lugares del extranjero, a precios elevadísimos, lo cual aceleró la depredación. Cientos de piezas que se encontraban en manos de particulares, emigraron y se perdieron para siempre, yendo a enriquecer colecciones privadas de millonarios aficionados del exterior” (9).
Acorde con las exposiciones que realiza el Museo Vicús de la Municipalidad Provincial de Piura, al tratarse el tema de su cerámica se notan tres tipos. Vicús negativo: que comprende círculos simples, volutas y triángulos que aparecen en recipientes con figuras de animales. En la cerámica Vicús negativa podemos apreciar guerreros, músicos y escenas eróticas con figuras desnudas de ambos sexos.
Sigue el Vicús blanco sobre rojo: es similar al Vicús negativo, ya que presenta recipientes escultóricos antropomorfos, fitomorfos y zoomorfos. Su decoración combina el blanco, con  aplicaciones, incisiones y líneas  
Ahora tenemos el estilo Vicús englobado en monocromías: que presenta una apariencia tosca, con manchas oscuras debido a defectos de cocción. Sustentando este tipo de cerámica, hay muestras en el citado Museo de recipientes con base acampanada, trípodes o pedestales.
Desde el punto de vista estilístico, a la vista de los ceramios que exhibe el Museo Vicús, se han podido identificar tres fases: Vicús temprano, Vicús medio, dividido en 2 segmentos: A y B; y, Vicús tardío, que también está dividido en los segmentos A y B (10).    
Finalmente, en materia de cerámica, se ha establecido que “VICÚS viene a ser cuanto a las formas que encontramos en el norte como en el sur del Perú, la iniciación de formas  que son básicas en ambas regiones, lo que me convence de algo trascendental, o sea, la imposibilidad de que en el Perú las culturas se han explayado del norte hacia el Sur. Nos sale al encuentro, como explicación de lo dicho, el hallar en las culturas de la época evolutiva de VICÚS, no solo las formas que, posteriormente, se convierten en las típicas de la cerámica del norte, como en ella aparecen las formas comunes de la cerám1ica del Sur en sus primeras etapas, como Paracas y, en la época de auge, en la cultura Nazca” (11).

NOTAS.-
(1)Víctor Velezmoro Montes; Historia de Piura-UDEP, Orígenes y primeros tiempos, Pág.25.
(2)Justo Cáceres Macedo; Obra citada, Págs. 49/50.
(3)Boletín Cultural Vicús, ya citado, Pág. 3.
(4)Jorge E. Moscol Urbina; Obra citada, Pág. 13.
(5)Cristóbal Campana; VICÚS y la Alfarería Norandina, Págs. 11/12.
(6)Editorial Juan Mejía Baca; Historia del Perú Antiguo, Tomo I, Pág. Pág. 318.
(7)Bruno Revesz y otros; Piura: Región y Sociedad, Pág. 170.
(8)Abner Tenazoa Orbe, Obra citada, Pág. 35.
(9)Reynaldo Moya Espinosa; Obra citada, Pág. 78.
(10)Municipalidad de Piura: Museo Vicús; Sección Informativos.

(11)Carlos Guzmán; obra citada, Pág. 14.

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