viernes, 25 de octubre de 2013

C A P Í T U L O I I I - LA CULTURA VICÚS - I

LA  CULTURA VICÚS I 

            Vicús es el nominativo de una cultura ubicada en los valles y en la costa de Piura que ha dejado huellas imperecederas de su existencia precolombina. La denominación se debe al nombre del lugar donde se encuentra el más importante cementerio: el Cerro Vicús, situado a 50 kilómetros de Piura.
            Su área de influencia se extendió desde Tambogrande y Salitral, parte alta del río Piura, llegando hasta el norte de las provincias piuranas de Morropón, Ayabaca y Huancabamba prolongándose por la sierra Sur de la hoy República del Ecuador.
            Al interior de las fuentes escritas sobre el origen de la Cultura Vicús, se ha comentado de esta manera: “Unos creen que vinieron de Asia, específicamente de la China e India, y afianzan esta conjetura por los rasgos asiáticos que se han encontrado en los huacos. Hay uno que visiblemente, parece un mandarín chino” (1).
            Se consideran que son aborígenes peregrinos, agricultores y cazadores. El hombre Vicús, dio inicio a la obra de arte del alfarero y fue el primero en fundir el bronce en el hoy territorio del distrito de Chulucanas. En la necrópolis Vicús, existen  galerías subterráneas y una ciudad enterrada en la falda del cerro Ñañañique” (2).
            Abundando en el tema, hay juiciosa apreciación que la cultura Vicús “con existencia de casi mil años, fue cambiando paulatinamente desde una época antigua, en la que sus restos tenían fuerte parentesco con la precedente cultura Paita, hasta su fase de declinación en la que se introducen en la cerámica elementos de forma y color, vinculados con las culturas que se desarrollaron posteriormente en la misma zona. Los estudios hechos en la costa han permitido dividir en cinco fases el milenio que dura la cultura VICÚS: dos fases – A y B- antigua, una fase –C- Transicional y dos fases –D y E- tardías” (3). 
            Alrededor de los aspectos de la personalidad de los vicuces, se ha expuesto que “a pesar de las dificultades que presenta su estudio, podemos afirmar que eran hombres que supieron dominar su habitad por medio de sistemas de riego, y que mantuvieron continuos contactos con otras culturas contemporáneas. Los Vicús dieron una gran importancia al alma humana y su trascendencia, llegando a desarrollar un mundo mágico muy rico y un complejo ritual funerario” (4), que les ha dado personalidad en la Historia del Perú Antiguo. 
No puede faltar una apreciación recogida en el teatro de los hechos, por un acucioso arqueólogo, quien dice Así: “Matos Mendieta, a lo largo de su exploración, halló abundantes testimonios del Formativo en las provincias de Morropón y Ayabaca; de modo particular en un sitio llamado “El Mostrante”, situado a 4 Kms. de la ciudad de Frías, Ayabaca. “La presencia de ceramios de estilo Chavinoide, Cupisnique, dice Matos, debe causar asombro a muchos”. “Necesario es llamar la atención sobre la presencia notable antes desconocida de este estilo Formativo en Morropón”. “Este estilo Formativo frente a la presencia de una corriente cultural posiblemente venida del norte andino”, “cede y da paso al surgimiento de un nuevo estilo que ahora toma por nombre Vicús”.



            ”El hallazgo de Vicús constituye un paso contundente para encontrar las relaciones peruano-ecuatorianas”. Siguen a Vicús dos estilos: Blanco sobre Rojo y Negativo. El primero en el Norte, tomará el nombre de Salinar y el segundo será conocido con el nombre de Gallinazo. Al declinar Cupisnique irrumpen estos nuevos estilos. Sucede entonces un cambio estilístico tan acentuado que merece ser comentado” (5).    
            Cabe dejar constancia que, el 4 de febrero de 1964, los comisionados Carlos Guzmán Ladrón de Guevara y José Casafranco, nombrados por acuerdo del Patronato Nacional de Arqueología y Casa de la Cultura del Perú, iniciaron los trabajos de estudio y exploraciones preliminares en los restos arqueológicos de Vicús y Frías” (6).
            En los predios de la Cultura Vicús, se destaca “en los sitios Chapica, La Encantada y Batanes, reconocidos, ya por Matos y/o Richardson se observó material en menor cantidad, pero con algunas características diferentes entre las cuales destacan vasijas cerradas con labios engrosados redondos y cuencos con paredes convexas y labios adelgazados con decoración incisa fina. Estamos seguramente en presencia de dos tradiciones diferentes cuya posición cronológica relativa queda por establecer.
            Todos estos datos del Formativo de Piura presenta un panorama algo confuso aún, ya que no hay estratigrafías  documentadas siendo la mayoría material cerámico de superficie. Datos sobre dimensiones de sitio, distribución de ellos, arquitectura y alimentación están prácticamente ausentes; no se han ubicado centros ceremoniales comparables con los de Lambayeque, Zaña o Cajamarca aunque esto debe ser visto como reflejo de recorridos insuficientes en vez de una existencia real” (7).
            Hay certeza cuando se afirma respecto a la cultura en estudio: “Desde que Ramiro Matos M., y luego Casafranca y Guzmán iniciaron los estudios, se plantearon complejos problemas sobre el origen de Vicús, problemas referentes a los parentescos o parecidos, con Cupisnique, Salinar, Gallinazo-Virú y Moche. Desde entonces hasta nuestros días, pese al rigor de los estudios y los fechados calibrados, el problema no está resuelto. Makowski, cuando trata de definir y analizar lo referente dice:
            “Por un lado el estilo y la Cultura Vicús se define como un componente original, de procedencia nor-andina, claramente autónoma frente a los estilos Virú o Moche procedente en el área, por otro lado, en el núcleo piurano perdió su carácter de enclave mochica alejado de la metrópoli. Los recientes trabajos arqueológicos en el área comprendida entre los valles de La Leche y Jetequepeque eliminaron el hiatus que se perfilaba inicialmente entre el Horizonte Temprano y fines del Período Intermedio Temprano y demostraron la importancia que tuvo la ocupación Mochica en la zona, verbigracia, Sipán. A pesar de estos avances aún quedan abiertas dos grandes preguntas mutuamente interrelacionadas” (8).
            Con rigor en el comentario, se destaca la opinión sobre “los vestigios de esta importante cultura Vicús. Se extendió por las provincias de Morropón, Ayabaca y Huancabamba, que según parece fue el centro geográfico de su desarrollo. Estrictamente hablando los principales vestigios de esta misteriosa cultura se han localizado en un cuadrilátero formado entre los 10 kilómetros del desvío a Chulucanas (antigua carretera Piura a Chiclayo) y la localidad de La Matanza, que completan el río Piura y la Panamericana.
            Dentro de este cuadrilátero hay un cerro y un caserío Vicús y otros poblados promontorios denominados Huasimal, Tierras Negras, Loma Verde, Ovejeros, Yécala, donde se han obtenido los más finos ceramios, Loma de la Viuda y la Matanza. Muchas piezas proceden de la antigua hacienda Charanal. Vicús es ahora, la tarjeta de presentación de una rica e interesante zona arqueológica y de una manifestación cultural” (9) prehispánica de nuestra región.


            Por otra parte, en una misma dirección investigativa, se ha escrito que “Vicús, llamada así por encontrarse en las faldas del mismo cerro a 50 kilómetros al este de Piura, cerca de la hacienda Charanal. Según el carbono 14, indican que esta cultura data de unos miles de años antes de Cristo. Se cree que fueron notables guerreros. Sus habitantes trabajaron el oro, plata y cobre, con los cuales hicieron sus utensilios, herramientas y armas. En sus tumbas se han encontrado gran cantidad de objetos de cobre, muchos de los cuales eran enchapados de oro. Dominaron la técnica de la orfebrería y de la cerámica. Los llamados huacos-retratos son figurativos antropomorfos” (10). 
Con espíritu académico se ha escrito: “Estilo, cultura y complejo cultural del Período Intermedio Temprano (200 A.C. – 600 D.C.) en el Alto Piura (Costa Norte del Perú). El nombre corresponde al cementerio prehispánico depredado por huaqueros, en los 60 años, al pie del Cerro Vicús, cerca del caserío del mismo nombre. Las evidencias provienen de un área reducida del valle, entre Chulucanas y Morropón. En la sierra de Frías y en el bajo Piura (estilo Sechura) se desarrollan tradiciones emparentadas con el perfil propio” (11).   
Un estudio sobre el arte y tecnología de la cerámica de la cultura etnohistórica que nos ocupa, geográficamente puntualiza que “el poblado de Chulucanas se encuentra situado en la zona llamada del Alto Piura, en las inmediaciones del cerro Vicús, matriz de la Cultura Tradicional denominada con el mismo nombre por los arqueólogos que la descubrieron hace apenas veinte años. Entre los aportes de éstas destaca el casi único trabajo de campo realizado por Matos Mendiola, en 1964. Algunos ceramios muy hermosos, exponentes de este asentamiento han sido rescatados por los coleccionistas y quizás la más completa muestra que hoy podemos apreciar, está en la ciudad de Lima” (12).  
            NOTAS.-
(1)Edmundo Arámbulo Palacios; Diccionario de Piuranismos, Pág. 290.
(2)Miguel Rázuri Aguilar; Región Grau, Pág. 39.
(3)Jorge E. Moscol Urbina; De los Vicús al siglo XX.
(4)Boletín Cultural VICÚS N° 03, Municipalidad de Piura, Pág. 3.
(5)Arturo Jiménez Borja, Moche, Pág. 18.
(6)Edmundo Cornejo Ubillús; Calendario Cívico de Piura, Pág. 41.
(7)P. Kaulicke y J. Gufroy, PUC del Perú; Pre Cerámico y el Formativo en Región Piura, Pág. 9.
(8)Cristóbal Campana Delgado; Vicús y la Alfarería Norandina; Págs. 23/24.
(9)José Albán Ramos; Recuento Histórico Cultural de Piura, Pág. 45.
(10)Perú Ilustrado Guía Turística, Volumen I, Pág. 84.
(11)Instituto della Enciclopedia Italiana, Roma 2003; II Mondo Dell`Archelogia, Vol. III.
(12)Gerásimo Sosa; El Barro nos unió, Pág. 7...

No hay comentarios:

Publicar un comentario