LA CULTURA VICÚS I
Vicús es el nominativo de una
cultura ubicada en los valles y en la costa de Piura que ha dejado huellas
imperecederas de su existencia precolombina. La denominación se debe al nombre
del lugar donde se encuentra el más importante cementerio: el Cerro Vicús,
situado a 50 kilómetros de Piura.
Su área de influencia se extendió
desde Tambogrande y Salitral, parte alta del río Piura, llegando hasta el norte
de las provincias piuranas de Morropón, Ayabaca y Huancabamba prolongándose por
la sierra Sur de la hoy República del Ecuador.
Al interior de las fuentes escritas
sobre el origen de la Cultura Vicús, se ha comentado de esta manera: “Unos
creen que vinieron de Asia, específicamente de la China e India, y afianzan
esta conjetura por los rasgos asiáticos que se han encontrado en los huacos.
Hay uno que visiblemente, parece un mandarín chino” (1).
Se consideran que son aborígenes
peregrinos, agricultores y cazadores. El hombre Vicús, dio inicio a la obra de
arte del alfarero y fue el primero en fundir el bronce en el hoy territorio del
distrito de Chulucanas. En la necrópolis Vicús, existen galerías subterráneas y una ciudad enterrada
en la falda del cerro Ñañañique” (2).
Abundando en el tema, hay juiciosa
apreciación que la cultura Vicús “con existencia de casi mil años, fue
cambiando paulatinamente desde una época antigua, en la que sus restos tenían
fuerte parentesco con la precedente cultura Paita, hasta su fase de declinación
en la que se introducen en la cerámica elementos de forma y color, vinculados
con las culturas que se desarrollaron posteriormente en la misma zona. Los
estudios hechos en la costa han permitido dividir en cinco fases el milenio que
dura la cultura VICÚS: dos fases – A y B- antigua, una fase –C- Transicional y
dos fases –D y E- tardías” (3).
Alrededor de los aspectos de la
personalidad de los vicuces, se ha expuesto que “a pesar de las dificultades
que presenta su estudio, podemos afirmar que eran hombres que supieron dominar
su habitad por medio de sistemas de riego, y que mantuvieron continuos contactos
con otras culturas contemporáneas. Los Vicús dieron una gran importancia al
alma humana y su trascendencia, llegando a desarrollar un mundo mágico muy rico
y un complejo ritual funerario” (4), que les ha dado personalidad en la
Historia del Perú Antiguo.
No puede faltar una
apreciación recogida en el teatro de los hechos, por un acucioso arqueólogo,
quien dice Así: “Matos Mendieta, a lo largo de su exploración, halló abundantes
testimonios del Formativo en las provincias de Morropón y Ayabaca; de modo
particular en un sitio llamado “El Mostrante”, situado a 4 Kms. de la ciudad de
Frías, Ayabaca. “La presencia de ceramios de estilo Chavinoide, Cupisnique,
dice Matos, debe causar asombro a muchos”. “Necesario es llamar la atención
sobre la presencia notable antes desconocida de este estilo Formativo en
Morropón”. “Este estilo Formativo frente a la presencia de una corriente
cultural posiblemente venida del norte andino”, “cede y da paso al surgimiento
de un nuevo estilo que ahora toma por nombre Vicús”.
”El hallazgo de Vicús constituye un
paso contundente para encontrar las relaciones peruano-ecuatorianas”. Siguen a
Vicús dos estilos: Blanco sobre Rojo y Negativo. El primero en el Norte, tomará
el nombre de Salinar y el segundo será conocido con el nombre de Gallinazo. Al
declinar Cupisnique irrumpen estos nuevos estilos. Sucede entonces un cambio
estilístico tan acentuado que merece ser comentado” (5).
Cabe dejar constancia que, el 4 de
febrero de 1964, los comisionados Carlos Guzmán Ladrón de Guevara y José
Casafranco, nombrados por acuerdo del Patronato Nacional de Arqueología y Casa
de la Cultura del Perú, iniciaron los trabajos de estudio y exploraciones
preliminares en los restos arqueológicos de Vicús y Frías” (6).
En los predios de la Cultura Vicús,
se destaca “en los sitios Chapica, La Encantada y Batanes, reconocidos, ya por
Matos y/o Richardson se observó material en menor cantidad, pero con algunas
características diferentes entre las cuales destacan vasijas cerradas con
labios engrosados redondos y cuencos con paredes convexas y labios adelgazados
con decoración incisa fina. Estamos seguramente en presencia de dos tradiciones
diferentes cuya posición cronológica relativa queda por establecer.
Todos estos datos del Formativo de
Piura presenta un panorama algo confuso aún, ya que no hay estratigrafías documentadas siendo la mayoría material
cerámico de superficie. Datos sobre dimensiones de sitio, distribución de
ellos, arquitectura y alimentación están prácticamente ausentes; no se han
ubicado centros ceremoniales comparables con los de Lambayeque, Zaña o
Cajamarca aunque esto debe ser visto como reflejo de recorridos insuficientes
en vez de una existencia real” (7).
Hay certeza cuando se afirma
respecto a la cultura en estudio: “Desde que Ramiro Matos M., y luego
Casafranca y Guzmán iniciaron los estudios, se plantearon complejos problemas
sobre el origen de Vicús, problemas referentes a los parentescos o parecidos,
con Cupisnique, Salinar, Gallinazo-Virú y Moche. Desde entonces hasta nuestros
días, pese al rigor de los estudios y los fechados calibrados, el problema no
está resuelto. Makowski, cuando trata de definir y analizar lo referente dice:
“Por un lado el estilo y la Cultura
Vicús se define como un componente original, de procedencia nor-andina,
claramente autónoma frente a los estilos Virú o Moche procedente en el área,
por otro lado, en el núcleo piurano perdió su carácter de enclave mochica
alejado de la metrópoli. Los recientes trabajos arqueológicos en el área
comprendida entre los valles de La Leche y Jetequepeque eliminaron el hiatus
que se perfilaba inicialmente entre el Horizonte Temprano y fines del Período
Intermedio Temprano y demostraron la importancia que tuvo la ocupación Mochica
en la zona, verbigracia, Sipán. A pesar de estos avances aún quedan abiertas
dos grandes preguntas mutuamente interrelacionadas” (8).
Con rigor en el comentario, se
destaca la opinión sobre “los vestigios de esta importante cultura Vicús. Se
extendió por las provincias de Morropón, Ayabaca y Huancabamba, que según
parece fue el centro geográfico de su desarrollo. Estrictamente hablando los
principales vestigios de esta misteriosa cultura se han localizado en un
cuadrilátero formado entre los 10 kilómetros del desvío a Chulucanas (antigua
carretera Piura a Chiclayo) y la localidad de La Matanza, que completan el río
Piura y la Panamericana.
Dentro de este cuadrilátero hay un
cerro y un caserío Vicús y otros poblados promontorios denominados Huasimal,
Tierras Negras, Loma Verde, Ovejeros, Yécala, donde se han obtenido los más
finos ceramios, Loma de la Viuda y la Matanza. Muchas piezas proceden de la
antigua hacienda Charanal. Vicús es ahora, la tarjeta de presentación de una
rica e interesante zona arqueológica y de una manifestación cultural” (9)
prehispánica de nuestra región.
Por otra parte, en una misma
dirección investigativa, se ha escrito que “Vicús, llamada así por encontrarse
en las faldas del mismo cerro a 50 kilómetros al este de Piura, cerca de la
hacienda Charanal. Según el carbono 14, indican que esta cultura data de unos
miles de años antes de Cristo. Se cree que fueron notables guerreros. Sus
habitantes trabajaron el oro, plata y cobre, con los cuales hicieron sus
utensilios, herramientas y armas. En sus tumbas se han encontrado gran cantidad
de objetos de cobre, muchos de los cuales eran enchapados de oro. Dominaron la
técnica de la orfebrería y de la cerámica. Los llamados huacos-retratos son
figurativos antropomorfos” (10).
Con espíritu
académico se ha escrito: “Estilo, cultura y complejo cultural del Período
Intermedio Temprano (200 A.C. – 600 D.C.) en el Alto Piura (Costa Norte del
Perú). El nombre corresponde al cementerio prehispánico depredado por
huaqueros, en los 60 años, al pie del Cerro Vicús, cerca del caserío del mismo
nombre. Las evidencias provienen de un área reducida del valle, entre
Chulucanas y Morropón. En la sierra de Frías y en el bajo Piura (estilo
Sechura) se desarrollan tradiciones emparentadas con el perfil propio” (11).
Un estudio sobre el
arte y tecnología de la cerámica de la cultura etnohistórica que nos ocupa,
geográficamente puntualiza que “el poblado de Chulucanas se encuentra situado
en la zona llamada del Alto Piura, en las inmediaciones del cerro Vicús, matriz
de la Cultura Tradicional denominada con el mismo nombre por los arqueólogos
que la descubrieron hace apenas veinte años. Entre los aportes de éstas destaca
el casi único trabajo de campo realizado por Matos Mendiola, en 1964. Algunos
ceramios muy hermosos, exponentes de este asentamiento han sido rescatados por
los coleccionistas y quizás la más completa muestra que hoy podemos apreciar,
está en la ciudad de Lima” (12).
NOTAS.-
(1)Edmundo
Arámbulo Palacios; Diccionario de Piuranismos, Pág. 290.
(2)Miguel
Rázuri Aguilar; Región Grau, Pág. 39.
(3)Jorge
E. Moscol Urbina; De los Vicús al siglo XX.
(4)Boletín
Cultural VICÚS N° 03, Municipalidad de Piura, Pág. 3.
(5)Arturo
Jiménez Borja, Moche, Pág. 18.
(6)Edmundo
Cornejo Ubillús; Calendario Cívico de Piura, Pág. 41.
(7)P.
Kaulicke y J. Gufroy, PUC del Perú; Pre Cerámico y el Formativo en Región
Piura, Pág. 9.
(8)Cristóbal
Campana Delgado; Vicús y la Alfarería Norandina; Págs. 23/24.
(9)José
Albán Ramos; Recuento Histórico Cultural de Piura, Pág. 45.
(10)Perú
Ilustrado Guía Turística, Volumen I, Pág. 84.
(11)Instituto
della Enciclopedia Italiana, Roma 2003; II Mondo Dell`Archelogia, Vol. III.
(12)Gerásimo
Sosa; El Barro nos unió, Pág. 7...
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