viernes, 25 de octubre de 2013

CULTURA VICÚS -VI

ESTILO VICÚS.-

            Se ha registrado que “Vicús en la definición de Matos y Larco, Vicús-Vicús para Lumbreras es un estilo de cerámica ceremonial. No solo fue caracterizado a partir de las piezas encontradas exclusivamente en contextos funerarios, sino, hasta la fecha, no se ha detectado su presencia en ningún sitio doméstico de carácter aldeano. Botellas asa-puente de uno o de dos cuerpos, botellas asa-canasta, asa-estribo y de gollete central, son las formas más recurrentes.
            La cerámica Vicús, es de confección manual, mediante anillado, estirado o empacado. Las formas escultóricas son moldeadas a mano, los detalles aplicados, incisos o impresos de caña. La pintura blanca post cocción y el negativo (o pintura negra) fueron usados con frecuencia. Por la fresca ingenuidad en sus soluciones formales, el estilo Vicús fue considerado por algunos, verbigracia Larco, la creación del Período Formativo” (1).
            En otra información acreditada, se manifiesta que “como claro ejemplo de estos tiempos de liberación de los dioses ancestrales, y de etnocentrismo localista, puede ser sindicada la cultura Vicús/Vicús. Esta calificación impuesta por criterio de terminología arqueológica, expresa que en el sitio de Vicús se presentan varias fases culturales. En efecto, de Vicús procede un complejo Vicús/chavinoide, otro Vicús propio o Vicús/Vicús –que acaso se desarrolló a través de varias fases- y, un Vicús local, evolucionado, muy ligado a lo Mochica.  
El estilo Vicús/Vicús, sólo se conoce desde 1961, cuando llegan a Lima las primeras piezas cerámicas de un estilo peculiar que, en un principio, los excavadores clandestinos y comerciantes lo identificaban como procedente de Ayabaca (Piura), pero otras fuentes, en cambio hacían provenir el novedoso material arqueológico de cerámica y metalurgia de Vicús, sitio no lejano de Chulucanas” (2).
            Una reciente exposición hecha en el Museo Vicús de Piura, Sala Vicús 1 y Vicús 2, se pudo apreciar otras bondades sobre el estilo en comento. Ha sido “por los vestigios del más reciente descubrimiento de esta cultura que se desarrolló en la costa piurana entre los años 500 antes de Cristo y 500 después de Cristo. La cerámica y los objetos arqueológicos rescatados de la depredación huaquera. En estos ambientes se conoce como estos antiguos peruanos lograron fusionar procesos culturales que se desarrollaron en los andes septentrionales y andes centrales, dando origen a la más importante manifestación cultural de nuestra región” (3).
            Conveniente es añadir en el tema tratado que “la decoración predominante es la escultórica, en bulto. Roedores, serpientes, iguanas, patos, monos, lechuzas, venados, felinos, loros, lagenarias y sus hibridaciones fantásticas cuentan entre las especies particularmente recurrentes.
En cuanto a seres humanos, hay cuatro personajes masculinos centrales que conforman dos parejas. Los integrantes de una de ellas poseen ojos en forma de granos de café, típica para el arte Vicús. La otra pareja, en cambio, tiene ojos almendrados, rasgo difundido en la iconografía Mochica. Uno de los personajes está dotado por la cabeza fálica (o puntiaguda), y de los atributos masculinos enfatizados, mientras que el otro tiene la cabeza bilobulada (eventualmente con la vulva en el tope), y posee órganos sexuales diminutos.
Aquellos cuatro seres están representados con objetos y detalles que los convierte en guerreros victoriosos, prisioneros vencidos, oficiantes con escudilla o cuchilla en la mano, parejas en el transcurso de las relaciones sexuales, músicos con tambor o antara, víctimas de sacrificio, muertos enfardados, seres sobrenaturales con atributos de jaguar o de mono. Los rasgos iconográficos mencionados remiten probablemente a un sistema de clasificaciones basado en oposiciones de tipo local/foráneo, masculino/femenino, vencedor/vencido. Más del 50% de botellas figurativas posee complejos silbatos de recipiente con el contenido líquido. Según Amaro, algunos de los temas mencionados corresponde una afinación predeterminada que condiciona el registro musical de la botella silbadora; reproducción de 33 y 50 centímetros (1/100 de semitono), muerte y relación homosexual, de 100 centímetros, transfiguración en el más allá (seres híbridos) de 25 y 10 centímetros” (4).  
            NOTAS.-
(1)Instituto della Enciclopedia Italiana, Roma 2003; II Mondo Dell`Archelogia, Vol. III.
(2)Editorial Juan Mejía Baca; Historia del Perú Antiguo, Tomo I, Pág. 316.
(3)Jhony Navarro; Diario Correo, mayo 27 de 2012, Pasado Misterioso del Vicús. 
(4)Instituto della Enciclopedia, Roma 2003; Obra citada.

HUACO SILVADOR.-
De singular muestra en la cerámica Vicús es el “Huaco Silbador”. No cabe la menor duda que es uno de los objetos más genuinos de la cultura piurana que nos ocupa. Los arqueólogos han elaborado al respecto una serie de apreciaciones.
Son botellas silbadoras que conforman la cerámica Vicús. Por este fundado motivo se estima que desempeñaban una función muy especial dentro de los rituales funerarios que fueron muy ostentosos.
Se ha expuesto que “el primer tipo de huaco silbador, está conformado por cámaras acústicas ubicadas en la zona de la cabeza del personaje principal. En su interior posee una pequeña bolita de arcilla hueca con orificio pequeño por donde penetra aire, al soplar por el gollete, algunos de estos huacos emiten sonidos del animal o pájaro figurado, monos, patos, loros, etcétera”.
Hay más “la emisión del sonido se obtiene de tres maneras: soplando por la boca del gollete, vertiendo líquido al interior de la botella y luego balanceándola, o sumergiéndola y manteniendo fuera la cámara acústica. Los huacos silbadores pueden estar conformados por uno, dos o más cuerpos unidos por tubos comunicantes”.
También se conoce “otro tipo de huaco silbador que no presenta cámara acústica, el sonido sale directamente al exterior por un silbato ubicado bajo el pido u hocico o en la parte superior de la cabeza de la figura principal” (1).
Igualmente la bibliografía vicusina, nos informa de “otros huacos de “losa negra” que emiten un “armonioso silbido” al soplarlos por un conducto que poseen, “en cuyas curiosidades eran sumamente diestros estos indios”, refiriéndose a los alfareros piuranos de Vicús, aun cuando, por supuesto, sin mencionarlos con ese nombre que nosotros les hemos impuesto por haber encontrado las primeras muestras de su genial creación en el Cerro Vicús, matriz de esta cultura piurana” (2).

NOTAS.-
(1)Boletín Cultural VICÚS, ya citado, Pág. 4.
(2)José Albán Ramos; Obra citada, Pág. 52.


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