viernes, 25 de octubre de 2013

MACIZO DE ILLESCAS - III

SU UBICACIÓN.-
            Acorde con las evidencias establecidas, geográficamente hablando, el sitio de Illescas es un cerro ubicado en la zona de Bayovar, lado sur de la ciudad de Sechura, a 63 kilómetros de distancia, donde existen varias ruinas poblacionales localizadas en distintos puntos alrededor de sus vertientes.
Los antiguos pobladores de Illescas, utilizaron cavernas como viviendas. Se han encontrado vajillas de piedra con utilidad doméstica. El complejo arqueológico de Illescas es tan antiguo, que tiene y preserva el más añejo y remoto vestigio de la humanidad que determina la existencia de una de las más antiguas de la costa peruana.      
Los estudios arqueológicos que en nuestro medio han realizado expertos en la materia, nos inducen con acierto para establecer que en el asentamiento humano más primitivo de la ancestral región Piura, su gente vivió en cuevas, en lo que hoy se conoce con el nombre de Illescas. Estamos hablando de la población más temprana que existió en el tiempo prehistórico y en el espacio de nuestro Departamento.    






            ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS.-
            Los Illescas, desde el punto de vista cronológico, son coetáneos con los Chusís y se trata de una muy antigua población, siendo de las primeras de la región. Fueron pescadores que corresponden a la etapa pre cerámica. Al respecto se ha expuesto, que se trata de:
            “Una sorprendente y extensa ciudad arqueológica, ubicada en la parte occidental de la península de Illescas, en la vecindad de Punta Aguja y de Punta Nunura. Esta ciudad que muy bien puede haber albergado a muchos miles de habitantes en los tiempos prehistóricos, se encuentra perfectamente escondida del mar y de las trochas costeras por las dunas arenosas, quebradas y cerros; y desde la parte septentrional, por grandes cerros rocosos”.
Otra característica  de esta ciudad pre cerámica, fue su “dedicación a la recolección de vegetales, que luego le sucede la caza del lobo marino, la recolección de vegetales, hasta la captura de peces como el tollo y el suco (coco), que con el devenir de los años descubre el anzuelo y la red además de confeccionar pequeñas embarcaciones con las que se aventura a ingresar mar adentro”.
Los estudios realizados determinan que el poblador Illescas pasó a vivir frente al mar a lo largo de la costa, porque la riqueza marina lo obligaba, pero también a esta riqueza se le agregaba la explotación de la sal.
Avanzando en su desarrollo social, utilizó en sus faenas cotidianas la piedra, específicamente el granito y los huesos de mamíferos marinos, con los que construyó pequeñas casas, pavimentos, terrazas, manteniéndose en permanente búsqueda de una mejor forma de vivir. Así lo demuestra el hallazgo de los vestigios, producto de su continua y gran actividad en el renglón de la recolección, como parte del consumo de sus alimentos, de mariscos, conchales.
También hay información que “en Avic se localizó restos de un templete de 0.70 m. de alto, rectangular, construido sobre un plano de 7.50 m. por 8 m., con una rampa de 2 m. x 2 m. El material que se utilizó fue granito y data de 3230 años a. de C.    
A la vista de claras exposiciones, se ha manifestado que “el estado de la investigación permite una discusión algo más detallada de dos zonas: una costera entre Talara y la Península de Illescas, para la cual Lanning (1963) estableció una secuencia a base de cerámica de superficie. La otra es la zona del Alto Piura, más precisamente entre Tambogrande y Morropón, básicamente a base de material estudiado por nosotros.
Lanning pudo aislar por seriación seis fases para el formativo: Negritos, Paita A-D y Sechura A. La fase Negritos se basa sobre una colección de 13 tiestos de dos sitios, cuya validez está puesta en duda por la poca representatividad, por un fechado C 14 y por su situación geomorfológica (Richardson 1972, 203). La fase Paita A tampoco está bien representada con 21 tiestos, cinco de los cuales llevan decoración (Lanning 1963, 156-7, 207-8, Tabla 21, figuras 1b, c, e; P1, 1d-g). Se trata de cerámica roja delgada con desgrasante fino, la que es distintiva de toda la tradición Paita; las formas consisten en ollas con cuello corte revertido, la decoración es sencilla en franjas con incisiones en parte suave” (1)
NOTA.-  
(1)P. Kaulicke y J. Gufroy (PUC) Pre Cerámico y formativo en el Departamento de Piura, Pág. 5.

INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA.-
A la vista de la información arqueológica, es incuestionable que en la península de Bayovar, está el territorio montañoso de Illescas, cubierto y erizado. Sus vertientes son depositarias de acaudalados y copiosos tesoros de los primitivos habitantes de la costa peruana.
Illescas, con su actuación en la aurora de la cultura piurana, demuestra al mundo científico, que su proceso cultural se pierde en la oscuridad del tiempo. Las exploraciones realizadas por arqueólogos en las entrañas de su suelo, han permitido importantes hallazgos.
Ha sido posible descubrir cavernas que determinan haber sido habitadas por seres humanos, quienes fueron capaces de grabar sobre piedras, ideografías con motivos mayas y chinos. Muchas cavernas sirvieron de viviendas a los nativos piuranos y depósitos de alimentos para usarlos en épocas de escasez. También se han ubicado cementerios que han facilitado los descubrimientos de esta antigua cultura piurana.      
Los estudios arqueológicos también permiten conocer y saber que fuera del radio urbano de la antigua Illescas, se han encontrado en las laderas de los cerros, numerosas tumbas casi a ras de suelo, así como utensilios diversos de hueso, de conchas, de redes y de tejidos rudimentarios, pero no hay restos de cerámica.



SITIOS ARQUEOLÓGICOS.-
Los estudios arqueológicos realizados determinan que dentro del Macizo de Illescas, se han descubierto sitios arqueológicos, que describen la zona con dos grades sectores: La quebrada de Chorrillos y las Pampas de Reventazón. Al respecto se acuña la apreciación que a la letra sigue:
“La ocupación más temprana ha sido localizada en La Quebrada de Chorrillos. Hay material lítico en superficie. La excavación ha permitido recuperar lascas, piedras ovaladas con recortes o piedra pesa, fragmentos de mortero, ceniza, carbón y valvas de Anadara grandis y Anadara tuberculosa. Tenemos dos fechados para material orgánico de esta excavación 5020, más o menos 140  AC para material 0.25 de profundidad.
Estas valvas llamadas, conchas negras, son típicas, de las zonas de manglares de Tumbes. Son señal evidente de una ecología diferente a la actual de Illescas (Richardson, 1978).
En las pampas de Reventazón ubicamos un cementerio y numerosos conchales asociados a fragmentos de cerámica con decoración impresa. El cementerio Reventazón 3, está asociado a cántaros grandes y ollas utilitarias” (1).
A continuación se detallan cinco entierros que estaban en arena clara poco consolidada y extremadamente no había ninguna indicación que este fuere cementerio. Así se explica con el entierro Nº 5, que tiene un “grupo compacto de cuatro cántaros grandes con decoración paleteada, 3 platos medianos que cubrían sendos cántaros, un cono de arcilla blanca; el esqueleto estaba completamente destruido en posible posición fetal horizontal, profundidad 1.00 metro.
            NOTA.-
(1)Mercedes Cárdenas Martín; Ponencia: El Macizo de Illescas de Sechura; año 1992.


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